23 nov 2011

Britney Spears en Chile: 22 de noviembre - Estadio Nacional


Foto * La Tercera - Patricio Fuentes

Britney Spears se presentó anoche en el Estadio Nacional frente a más de 40 mil personas. El que esperaba verla bailando como en el Onyx Hotel Tour (2004) estaba completamente perdido. Y el que quería escucharla cantando en vivo, más todavía. Yo iba consciente de eso, como la mayoría de los asistentes.Y aunque muchos se fueron conformes luego de la hora y media de show, yo me fui con un sabor amargo. ¿Por qué?


A Britney le perdono el playback, también que no se mueva como antes. Pero si hay algo que no le dejo pasar es su actitud. Durante los noventa minutos de concierto su semblante era el de una persona que estaba cumpliendo con un compromiso. Es un hecho que en este tipo de espectáculos todo esté fríamente calculado. Todo sincronizado, como un paquete, pero estamos hablando de una estrella pop. Alguien que sin mayores habilidades vocales, posee un encanto especial que hace que tenga muchos seguidores por todas partes del mundo. Su papel era hechizar, ella, lejos de todo el aparataje de bailarines, escenografía y pirotecnia. Y no mostró ni un sólo atisbo de interés en lograrlo.

La sonrisa de robot al terminar cada una de las canciones llegó a ser chocante. Punto aparte eran sus intervenciones entre cada una de ellas. Los asistentes deben haber escuchado 'What's up Santiago?' y 'I can't hear you' unas veinte veces, al menos. Uno está viendo un show montado hasta la última tuerca, porque a falta de una gran voz, la función se sustenta en la espectacularidad que envuelve a la solista. Y esto tiene que hacerla brillar, de otra forma el contrapeso es inexistente. Y eso fue lo que sucedió. 

En cuanto al setlist, estuvo bien elegido. Muchos reclaman la deuda de más de 10 años de hits, pero una vez más, en el marco de una gira de este tipo, es imposible pedir grandes modificaciones a la presentación. Cada una de las canciones tiene cierto tipo de luces, coreografías, vestuario y escenografía. Si quieren un show especial, que recorra toda la carrera de la cantante, que Farkas pague por ello, o esperen esa gira, si es que llega a suceder en algún momento.

Este era el Femme Fatale Tour, por lo tanto, la mayoría de las canciones escuchadas anoche fueron las que componían el disco que lleva ese nombre. Pero aún así hubo pinceladas a la mayoría de sus trabajos anteriores. Las más antiguas '...Baby One More Time' (Baby One More Time, 1999) -la única balada- 'Don't Let Me Be The Last To Know' (Oops! I Did It Again, 2000), 'Boys' y 'I'm A Slave 4 U' (Britney, 2001), 'Toxic' (In The Zone, 2003), 'Gimme More' y 'Piece Of Me' (Blackout, 2007), 'If You Seek Amy', 'Lace And Leather' y 'Womanizer' (Circus, 2008) y '3' (The Singles Collection, 2009).


Ahora, la mayoría de los temas -si es que no todos- eran reversiones de sí mismos, muchos de ellos estaban a años luz del trabajo original. Por ejemplo, 'Toxic'. Algunos fueron presentados mucho más lentos, como 'Boys' y 'I'm A Slave 4 U', que no sonaron como los hits que llenaron las radios en su tiempo.

Como balance general de la fecha, diría que fue un espectáculo producido, entretenido, pero si vamos a perdonar el playback y el poco baile, al menos se esperaba que ella, como personaje, como estrella, brillara o al menos demostrara que estaba disfrutando del espacio. Fue como ser invitado a una fiesta por un anfitrión que no desea estar ahí, pero que ya tenía todo listo, así que tuvo que llegar hasta el final de la jornada. Faltó inspirar a su público, siendo reforzada por la maquinaria a su alrededor, por cierto, pero partir de ella misma. Por algo hace muchos años le adjudicaron el título de princesa del pop.










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